La higiene dental no sólo pasa por el cepillado bien hecho, sino por una limpieza total de la boca y una dieta sana. Y es que no existe un sólo hombre que no haya sufrido un dolor de muelas o alguna molestia a nivel bucal, aún así nunca tomamos en cuenta los cuidados que debemos tener a la hora de limpiar nuestros dientes y en general la boca. Mencionar que los hábitos de limpieza inciden directamente en la salud de nuestros dientes a estas alturas suena demasiado redundante, sin embargo hay más gente que sufre de problemas dentales, y parece que no entienden o no toman en serio las recomendaciones que dan los expertos en higiene bucal.
La higiene bucal deficiente no es responsable de todo por cierto, hay otros factores que afectan a los dientes y en general favorecen la aparición de las caries. Un primer punto importante es la presencia de elementos como el fluor, el boro o el litio, que no dependen de la herencia ólamente sino de factores como el lugar de origen. Otro aspecto crucial es la disposición de los dientes, de cómo se han ido desarrollando y de qué manera se han ubicado en nuestra boca, es decir, si algunos están por decir así, apilonados, mal ubicados, estos serán más fáciles de que les ataque las caries. Los dientes de un bebe se forman desde que está en la barriga de la madre, y dependiendo del embarazo que lleva, el niño pequeño tendrá una dentadura bien formada y sobretodo fuerte. Luego, en esta etapa, el niño va formando los nuevos dientes, que serán los últimos y definitivos, y como en el embarazo, una buena niñez temprana y bien llevada hará que los dientes de adulto sean fuertes y resistentes, y claro, bien formados.
La influencia de la alimentación en las caries también es una cosa a tener en cuenta, los hidratos de carbono y en especial los azúcares que se metabolizan en la boca con más rapidez, como la sacarosa de la caña de azúcar, que por si fuera poco, se adhiere a los dientes con facilidad, facilitan la aparición de las caries. Y en el caso de la limpieza, y más en concreto del cepillado, existen problemas relacinados a éste, como los problemas de la actividad muscular de los labios, la lengua o las encías, y la composición de la saliva.
Las caries son la típica enfermedad de los dientes, y afecta a la pieza dental externa, luego se presenta la piorrea que afecta a las encías y los tejidos que sostienen el diente, llegando incluso a provocar la pérdida de las piezas, las causas suelen relacionarse con ciertas alteraciones del sistema inmunológico, con la diabetes, con los cambios hormonales en la pubertad, así como el consumo de algunos medicamentos.
El cepillado.
Hablemos ahora del cepillado, todos sabemos que éste es importante para la salud bucal, sin embargo muchos no lo hacemos bien o simplemente olvidan hacerlo. La base de la higiene bucal es el cepillado de los dientes, la forma en la que se realiza, con qué se realiza y cuántas veces se realiza. Es necesario entender que más que la crema dental, es importante el cepillo y la forma del cepillado. La dureza de las cerdas del cepillo constituye un factor determinante a la hora de elegir el más indicado, si bien es cierto que desde mucho tiempo atrás se pensaba que las cerdas duras eran las más indicadas, hoy en día se sabe que las cerdas deben ser suaves y de material sintético para evitar que se acumulen las bacterias en ellas. En cuanto a la cabeza donde van incrustadas las cerdas, es recomendable que sea pequeña para poder acceder a todas las partes de la boca, mientras que el mango debe ser duro y largo, y contar con un ángulo que permita llegar a las zonas más difíciles de alcanzar y facilite la máxima limpieza posible.

El cómo cepillarse también tiene un aspecto importante. Las técnicas de cepillado van desde el movimiento rotatorio hasta el movimiento vertical. El movimiento rotatorio, como su nombre lo indica, consiste el hacer una especie de circulos en la superficie de todos los dientes, mientras que el vertical consiste en escarbar los restos desde las encías hacia los dientes. De cualquier modo, se deben realizar movimientos cortos, presionando lo suficiente para sentir las cerdas en las encías sin aplastarlas sobre los dientes para que cumplan su función de limpieza, además es recomendable frotar solo uno o dos dientes en cada movimiento y no utilizar agua, pues es mejor usar siempre el cepillo seco.

Los dientes amarillos.
Es necesario tener los dientes blancos? O basta con tenerlos limpios. El color ligeramente amarillento no significa que exista una mala higiene bucal, pues los dientes cambian de color por diversos motivos, como algunos trastornos endocrinos, los tipos de alimentos que se ingieren, los fármacos que se utilizan, la ingestión de oligoelementos, problemas de calcificación, entre otros. Así que si te preocupa mucho el color de tus dientes, hoy en día existen muchos tratamientos para blanquear los dientes, desde cremas hasta procedimientos en el consultorio del odontólogo, que ofrecen resultados perfectos sin dañar el esmalte.
La crema dental.
Muchos creen que la crema dental o dentífrica es lo más importante, y si bien tiene su valor dentro de la limpieza bucal, ésta es un complemento al buen uso del cepillo.
Las cremas dentales contienen por lo general sustancias abrasivas, espumantes, humectantes, edulcorantes, colorantes, y en muchas de estas aportan otras sustancias como el fluor. El fluor es la sustancia más importante que podemos adicionar a nuestra limpieza diaria, pues el ion fluor va a depositarse en los cristales de hidroxiapatita que forman el esmalte y los convierte en fluorapatita, elemento que es mucho más resistente a la acción de los agentes dañinos. A parte de esto, provee una gran cantidad de remineralización, con lo que el esmalte dañado se repara con más facilidad. Pero hay que tener cuidado con el fluor, pues de por sí es una sustancia tóxica, sólo un especialista puede determinar la cantidad de éste para no tener problemas adicionales. La fluorización hoy en día es un procedimiento tan simple y fácil que no requiere de tiempo ni de sufrir dolores indeseables, una aplicación de una crema fluorada dos o tres veces al año hecha por tu dentista será suficiente para que el esmalte de tus dientes quede completamente protegido.
La otra limpieza.
Existen productos adicionales en el mercado para cuidar los dientes y en general la cavidad bucal, una opción muy necesaria y recomendable es la seda o hilo dental, que limpia zonas que no podemos alcanzarlas con el cepillado. Además existe hoy una infinidad de enjuagues para la boca, estos contienen sustancias que limpian los restos que pueden estar en lugares inaccesibles al cepillado y al hilo dental.
Finalmente, como siempre recomendamos, no hay mejor decisión que recurrir a un especialista para el cuidado adecuado de tu boca y en general de tu salud. Una buena manera de lograr la limpieza de tus dientes es usar de manera correcta el cepillo y la crema dental, luego utilizar el hilo dental y darse un enjuague para conseguir eliminar los restos indesados de comida.
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