El acné, granos en la cara o espinillas, es algo más que una enfermedad de la piel, pues con la importancia que hoy tiene el aspecto físico de una persona hace que este trastorno se convierta en un problema psicológico y de estética. Casi la mayor parte de las pesonas sufren de acné en mayor o menor grado en alguna etapa de su vida, pero son pocas las que acuden a tratarse y solo toman en cuenta el problema cuando este se ha agravado, probablemente porque se considere que es un problema menor y pasajero, sin embargo hay muchos casos en donde persiste el problema hasta la edad adulta.
Otro de los problemas que se presentan es que el tratamiento es algo trabajoso y muy largo, lo que hace que muchas personas luego de visitar a su médico, dejen el tratamiento por considerar que los resultados no aparecen rápidamente. El proceso de curación del acné lleva un tiempo considerable, por lo que no hay curas milagrosas pero si existen tratamientos muy eficaces que tienen que ser cumplidos con la supervición de un especialista.
Nuestra piel.
El acné es una enfermedad inflamatoria que empieza en los folículos polisebáceos de la epidermis, la capa de nuestra piel que podemos ver, en esta capa están tambien las glándulas sebáceas, las que tiene un papel importante en la aparición del acné, estas segregan sebo, que es una sustancia grasa y semiliquida que lubrica la superficie de nuestro cuerpo y mantiene elástica y tersa nuestra piel. Las zonas que poseen más cantidad de estas glándulas son el cuero cabelludo, la frente, las mejillas y la barbilla.
Las causas de este mal, están asociadas a factores genéticos, a las hormonas, factores ambientales, higiénicos y situaciones emocionales. Durante la pubertad se eleva el nivel de andrógenos, estas hormonas sexuales masculinas regulan el mecanismo de secreción sebácea, por lo que un aumento considerable de estos producirá con seguridad una secreción alta y anormal de sebo. Pero en otros casos no sólo las glándulas sebáceas son las causantes, también las células epiteliales fabrican mucha queratina lo que obstruye el canal polisebáceo, impidiendo la salida normal de la grasa y por consiguiente formando lesiones en la piel.
A esto se suman los cuadros de estrés que no hacen más que empeorar el problema, lo que a su vez genera más angustia y esto se convierte en un círculo vicioso difícil de solucionar.
Lo que siempre debemos tener en cuenta es que la solución existe y si queremos salir de este problema debemos acudir a un especialista dermatólogo y evitar que nuestro padecimiento se convierta en uno grave y más difícil de tratar, pues hay casos en los que las lesiones llegan a alcanzar tamaños indeseados, dejando cicatrices muy notorias y que suelen volver a aparecer depsués de ser curadas.
Hay que mencionar también que no todo es problema de acné, en algunos casos se llega a confundir la aparición de granos con esto, y en realidad pueden ser problemas de otra índole como las lesiones de los folículos producidas por algunos microorganismos, el uso de cosméticos o de algunos fármacos, es por esto que está por demás decir que tienes que visitar a un médico especialista en el tema.
Los Cuidados de la piel.
Muchos tenemos la idea errónea que el acné es un problema pasajero, que con el pasar de la edad se va a solucionar y esto no está nada más lejos de la realidad y además retrasa el tratamiento que a tiempo brinda una solución eficaz al problema. Mucha gente oprime con los dedos las zonas afectadas para sacar la grasa, esto no hace más que empeorar el problema, se debe evitar este tipo de acciones y por supuesto tener el cuidado necesario con el uso de jabones o cremas irritantes.
Una recomendación más tiene que ver con la alimentación, es necesario evitar la ingesta de grasas en exceso, y esto no sólo por el acné sino por llevar una vida de mejor calidad.
Los Tratamientos:
De acuerdo al tipo de acné que tenga una persona, es probable que tenga que seguir un tratamiento o más, por lo general el acné leve es curado con cremas, geles o jabones elaborados exclusivamente para el tratamiento del acné. Pero si ya existen lesiones inflamatorias que necesitan un tratamiento más profundo, es necesario utilizar antibióticos bactericidas, que pueden ser encontrados en emulsiones, pomadas y geles y usados también de manera tópica.
Cuando el tratamiento con productos tópicos es ineficaz, lo más probable es que se recurra a tratamientos por via oral, con antibióticos que además de ser bactericidas pueden disminuir la inflamación del folículo piloso, reduciendo la cantidad de ácidos grasos segregados por la bacteria.
No olvides que el tratamiento a tiempo es muy importante y que debes tener en cuenta que este puede demandar mucho tiempo, debes tomar precauciones y seguir los consejos en cuanto al uso de jabones, maquillaje irritante y evitar situaciones de extrema ansiedad y estrés. Además es necesaria una adecuada higiene de la piel en general, debes utilizar jabones antisépticos suaves y hacer pulverizaciones con agua mineral. Ten en cuenta que si no le das la importancia debida al problema y pensar que es problema de adolescentes sólamente y que pasará con el tiempo, hará que tu situación empeore y tengas que recurrir a tratamientos más duros y largos; no olvides que una vez que empiezas el tratamiento no debes dejarlo bajo ningún pretexto y que además antes y durante este proceso no debes manipular las lesiones ni apretarlas con los dedos o uñas.
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